Come on!

19 de octubre de 2012

De las palabras del ayer queda mucho todavía que aprender.


No he podido más, he estallado. He visto miles de lágrimas resbalando por mis mejillas y no había remedio para poder pararlas. He intentado encontrar respuesta a miles de preguntas, pero no lo he conseguido. En ese momento han pasado por mi mente un millón de cosas; recuerdos, fotografías, sentimientos, sueños, personas...todo. Cada vez me iba derrumbando más y más hasta creer que había desaparecido, que desde un principio eso fué lo que deseaba. Supongo que todas las personas tienen sus pequeños problemas, que siempre se solucionan. Pero los míos permanecen en el mismo sitio donde empezaron, y cada vez a más. Esto ya no es normal, no sé si era un momento de desesperación o un problema en serio. Van pasando los días y nada cambia, todo permanece intacto. Y yo, cada vez peor. 
Como siempre, no digo nada... para no molestar. Todo va guardado en mi interior. Lo único que necesitaba era una persona, sí, una persona en la que poder desahogarme sin miedo al 'que dirá' , que por supuesto me comprenda y que fuera capaz de decir: 'te conozco, sé que no estás bien' aunque lo negara por encima de todas las cosas. Y como una y otra vez ha pasado, han aparecido quienes menos he esperado, quien hace un año ni se me cruzaba por la cabeza tener a mi lado, porque ni siquiera sabia sus nombres. Es curioso que cierta gente me demuestre que puedo de verdad confiar en ellos en dos días, y no la gente que siempre he pensado que tenía a mi lado. Cómo gente que en la vida he conocido, sea capaz de darme su hombro para llorar, sin juzgarme, sin preguntas, simplemente ahí han estado, escuchando. Y es ahí donde me doy cuenta una vez más que nada es lo que parece, que nunca lo ha sido, y que la gente como yo no cambia, ni mañana, ni nunca. Porque somos así. Abrimos los brazos a gente que al final ni lo merece, y que por mucho que pase, por muchas  peleas que perdamos, esa gente siempre tendrá ese huequecito dentro de nosotros, que nunca nada ni nadie será capaz de ocupar... nadie.

10 de octubre de 2012

Intentando negar lo evidente.

Esa sensación otra vez, la he vuelto a sentir, la sensación de querer a alguien y no tenerle, ha vuelto. No soy capaz de aceptarlo, no quiero aceptarlo, me niego a sufrir otra vez. Me niego a pasarme el día pensando en lo que podría pasar, y no pasa, a estar pendiente del móvil por si me hablaras, a buscarte y pensarte cada vez que puedo, me niego a esperar a que me hables, porque si lo hiciera yo resultaría pesada. No quiero estar pendiente de cuándo te conectas, de cuánto hace de ello y de por qué no me dijiste 'Hola fea' como cierta vez has hecho.
Me niego a hacerme ilusiones de nuevo y a chocar con la pared por culpa de mi inocencia, una vez más. Es por eso que no quiero aceptarlo. Negar lo evidente me evita sufrir, porque no quiero aceptar la realidad de los hechos... que no te tengo conmigo.