Come on!

29 de marzo de 2012

Todos los días de mi vida.

Mi teoría es sobre los momentos, los momentos que impactan. Mi teoría es que esos momentos impactantes, esos destellos que ponen patas arriba nuestras vidas, son los que acaban definiendo quienes somos. La cuestión es que cada uno de nosotros es la suma de todos los momentos que hemos experimentado con todas las personas que hemos conocido. Y son esos momentos los que conforman nuestra historia, como nuestra lista de grandes éxitos particulares de recuerdos que reproducimos y volvemos a reproducir en nuestra mente una y otra vez. Un momento de amor total, físico, mental y de cualquier otro tipo de amor. Pues esta es mi teoría, que esos momentos impactantes definen quienes somos. Pero lo que nunca me había planteado era... y si un día ya no pudieras recordar ninguno de ellos. 

26 de marzo de 2012

Corazón que no ve, corazón que no siente; o corazón que te miente.

Y así te engañas, durante horas, durante días... incluso meses. Te haces creer que no hay nadie en tu vida que te haga sentir viva de verdad, y que sobre todo no necesitas a nadie que te abrace y te diga lo mucho que te quiere. Que no echas de menos los mensajes a las tantas, o las discusiones que siempre terminan en un cálido abrazo. Y así te aferras a ti misma, y te dices a ti misma que si... que sola no se esta mal, que disfrutas mejor que nadie, pero quién no quiere saber que cuenta con alguien a todas horas del día, quién no quiere saber que esté donde esté, esa persona no hace más que pensar en ti, y viceversa. Y así, he conseguido engañarme durante el tiempo que he querido, y lo pienso seguir haciendo, porque por muy bonito que sea tener a alguien, nadie quiere que le hagan daño, yo no quiero que me hagan más daño, no quiero llorar más por alguien que me hizo creer que si, que le importaba, no... ya no quiero saber nada de eso. ¿Es triste no? Que la persona a la que más quieres, por la que serías capaz de dar la vida, la que debería mimarte y recordarte lo que te quiere durante el tiempo que sea posible... sea la que más daño te haga. Cuando nos hacen daño, además de dolor sentimos una terrible injusticia, no entendemos porque alguien que nos ama nos puede tratar tan mal...
Y es que, cuando digo que ya no creo en el amor, solo espero que alguien venga y me demuestre que estoy equivocada.

18 de marzo de 2012

22&16.

Me resbala si follas o fallas. Si estudias o prefieres trabajártelas. Si odias los domingos o si cuentas por ahí que yo estaba loca por ti. Si eres victoria o fracaso. Si te sigue faltando cerebro o te sigue sobrando de ahí abajo. Si bebes para divertirte o para olvidarte. No me han quedado cicatrices de la ostia que me pegaste. He aprendido la lección bien aprendida a base de palos y no me han quedado ganas de volver a verte, ni de noches, ni de mañanas, ni de carreteras, ni de coches, no me han quedado ganas de ti en general. Sólo una indignación que se parece a la resaca de los domingos y un poco de odio hacia todo lo que tenga que ver contigo.Nunca fui tu amiga, pero aún así, soy una de las mejores cosas que han pasado por tu vida, demasiado buena, la verdad. Y cuando llegue el día en el que hagas un repaso de tu lista y sientas ese nosequé porque yo ya no estoy en ella, me verás a años luz de esta pesadilla.

11 de marzo de 2012

No siempre es verdad eso de que la felicidad no se busca, se encuentra. Porque cuando todo va mal, cuando es negro no hay ni blanco ni gris, cuando todo te da igual y solo quieres que la noche no se acabe nunca. Ahí nunca encuentras la felicidad, al revés. Encuentras más problemas, más tristezas. Por eso a veces, es bueno dejarse llevar por el corazón y seguir nuestros impulsos y a través de ellos intentamos buscar la felicidad en cosas insignificantes o no tanto si nos paramos a pensarlo. La buscamos en una buena tarde con esa persona tan especial que está siempre dispuesta a hacerte sonreír, con todo el grupo de amigas, recordando viejos tiempos pero solo los buenos claro está, viendo un viejo albún de fotos y muchas cosas más. Y así sin darnos cuenta, nos vamos adentrando en el mundo de la felicidad y nos olvidamos poco a poco de ese dichoso problema que nos estaba volviendo locos.