Come on!

29 de abril de 2012

Siempre fui como los demás quisieron que fuera.

Dónde esta esa felicidad, y dónde puedo encontrar una...
Mientras Coldplay colapsa una parte de mi mente, le hace evacuarse del mundo que me rodea, otra parte no me lo permite, me ha llevado hasta los recuerdos. Y aquí me encuentro ahora mismo, recordando los momentos que un día fueron míos y que ahora quizá le pertenezcan a saber quién, recuerdos por los que quizá no debería haber pasado para ahora no tener que encontrarte aquí ahora mismo, sintiendo como lo que un día sentías totalmente tuyo, ya no lo es tanto. Que te has centrado tanto en complacer a los demás, en darles todo lo que ellos querían, sintiendolo tú tan adentro, como hace siempre; que por un momento pensaste que era lo que tu querías. Pero qué ocurre ahora, cuando creo que ha llegado el día en el que verdaderamente me estoy planteando lo que de verdad quiero yo. ¿Qué ocurre conmigo? ¿Acaso no tengo yo derecho a que alguien también de un poco su brazo a torcer? No claro, debe ser que no es lo que ellos quieren ahora, y como parece que ahora no soy capaz de poder darselo yo, la mejor manera es hacerte sentir que lo estas haciendo mal, que lo que tú quieres no tiene sentido, y que te vas a arrepentir, pero, ¿y si me estoy arrepintiendo de haber sido como he sido? De haber sido tan ingenua, tan... ¿previsible? Todo el mundo que se ha dignado ha conocerme lo sabe, que es imposible que deje pasar a alguien que pide ayuda, y eso no siempre ha sido bueno, ya que cuando le das la mano a alguien, siempre te acaban cogiendo el brazo entero, mientras que tú has sido incapaz de rozar apenas sus manos. Bueno, siempre hay excepciones ¿no? Tiene que haber alguien como tú en el mundo y alguna vez crees encontrarla, pero nunca terminaos de conocer realmente a una persona, por lo que cualquier día una de ellas decide cambiar también, darse a conocer como es realmente. Y aquí llega el momento en el que te planteas una cosa...
¿De verdad estás feliz con lo que eres ahora mismo?

Hasta el fin pequeña.

¿Sabéis eso que dicen de que los amigos de verdad, aparecen cuando más les necesitas? Pues, hoy voy a hablar de una de esas personas. Una personita, que a primera vista parece alguien un poco vergonzosa, tímida, que no tiene gran relación con la gente... que vive en un mundo del que nunca sale, y que no tiene nada que ver contigo... ¡Lastima que no la conocéis de verdad! Ella es la mejor cosa que puedes encontrarte, es divertida, extrovertida, atenta... de todo menos vergonzosa. Tiene un corazón que no le cabe dentro, y una fuerza de voluntad que ninguno nunca vais a llegar a conocer, hasta el día en el que se cruce en vuestra vida. Tuve una suerte increíble, pues ella se cruzó conmigo hace cosa de trece años, cosa así, y quizá no me había dado cuenta de todo lo que vale hasta hace apenas 2 o 3 años atrás y os aseguro que me arrepiento de no haber intentado antes el conocerla como lo hago ahora. Que sé cuando dice las cosas porque las siente dentro de ella, o simplemente cuando lo hace por cumplir. Sé los días que viene feliz de verdad y los días que viene fingiendo, sé cuando necesita unas palabras de aliento, o simplemente un abrazo. Sé cuando grita de alegría y cuando lo hace porque lo necesita. ¿Y sabéis otra cosa más? Que es una lastima que no me hubiera dado cuenta de todo esto hasta hace poco tiempo, que es una lastima que hallamos perdido tantas risas en todos estos años. Pero hay una cosa más, es que se me ha olvidado decir que es alguien increíble y alguien a quien nunca nunca nunca quiero perder, y que como he dicho al principio, por muchas cosas que pasen, y por muy lejos que podamos estar la una de la otra, siempre aparece cuando de verdad necesito a alguien, y hoy, es ella a la que le tengo que agradecerle todo lo que ha hecho por mi todos estos años... toda esta vida. TE QUIERO MUCHISIMO, ANDREA BLESA JIMÉNEZ. 

28 de abril de 2012

Siempre he sacado fuerzas de cosas insospechadas.-


'Si no puedes ayudar a que esto salga bien, será mejor que te largues.'    

Poco a poco, me he ido dejando llevar por sensaciones, por momentos, no he hecho nada para evitar estos momentos. El último suspiro, la última persona por la que respirar, la última persona a la quien contar todo. Repito que no sé como lo he hecho, lo único que sé, es que sabía que lo estaba perdiendo, lo estaba viendo irse, pero no lo impedía, simplemente, me senté a observarlo. Si, simplemente lo he dejado todo pasar, he hecho creer a toda la gente que estoy bien, que simplemente estoy cansada de la rutina, que no duermo bien, que sigo como siempre, ayudando a la gente que lo pide, o al menos intentando, creyendo que en un momento determinado de mi vida, cuando me sienta como me siento hoy, una de esas personas viniera a mi, y me ayudara a desahogar toda la rabia que tengo acumulada, la impotencia, la desgana... simplemente, que alguien se acerque a mi y me abrace como nunca nadie ha hecho ¿sabéis de lo que hablo? Un abrazo, simplemente, en el que en un sollozo lleno de amargura esa persona sepa perfectamente que no, que no estas bien ni contigo, ni con el mundo. Si claro, cuando las cosas van bien entre todos, es fácil tirar entre nosotros, celebrar las alegrías y todas esas cosas, el problema viene ahora, cuando simplemente daño más que sano, cuando no haces más que ver que la gente que quieres deja de hacerlo, poco a poco, o simplemente se siente mal por tu culpa. ¿Pero realmente la tienes? ¿Realmente es tan malo querer encaminar tu vida? No creo que tenga nada de malo intentar recuperar lo que un día fue tuyo, querer volver a sentir esa sensación de bienestar, intentar encontrar tu sitio de una maldita vez. Porque si, porque hace tiempo que ya no me siento bien en ningún lugar, si no es una cosa es otra, pero siempre acabo dañando a la gente que quiero, y ya no se si lo que tengo que hacer es permanecer a su lado, aunque ya no me llene como lo ha hecho todo este tiempo, o alejarme, dejar que rehagan su vida porque sin mi lo más seguro es que les sea más fácil la cosa.

23 de abril de 2012

Que la noche me devuelva a aquel ayer.

Qué es lo que ha ocurrido. Qué es lo que ahora mismo me falta, y que si mal no recuerdo antes solía tener. Qué es ese algo que me falta. Sé que echo de menos algo, pero no se exactamente el qué, y la verdad es que no me encuentro bien. Qué es eso que hace tiempo me hacia totalmente feliz, y que ahora no encuentro por ningún lado. Qué es lo que ha cambiado. Quizá he sido yo, que nunca se lo que quiero, que actúo por impulsos y quizá ahora me arrepienta, o no... Qué tenían esos momentos que los hacían tan especiales. ¿He perdido, o he ganado algo? Supongo que un poco de ambas. No sé si antes era realmente feliz, o es ahora cuando estoy disfrutando de verdad. Los veo y me pregunto por qué me fui, por qué decidí alejarme. Qué es lo que tienen para que de una manera u otra, aún quiera formar parte de ellos, o no, ni siquiera lo sé. Solo sé que hay algo ahora mismo en mi vida que no me llena, y me esta resultando imposible salir a la calle con una sonrisa verdadera...

15 de abril de 2012

Y ocurrió otra vez... la misma historia de siempre, la misma protagonista, y como no, el mismo final. A ellos se les da bien eso ¿no? Desaparecer. Vienen, te lo prometen todo, te hacen sentir como nadie y luego, sin más, se van. Sin explicaciones. Te dejan como a una estúpida mirando tu móvil a todas horas, esperando su llamada, esperando una señal de aliento, que te diga que no todo esta perdido, que aún queda algo. Pero a base de palos aprendes, y a final te das cuenta de que él no giraba en torno a ti. Giraba en torno a ti y a 345 tías-microondas a las que también les hacia sentir especiales, a las que les prometía lo imposible, y a las que como a ti... dejó prendidas de él durante el tiempo que quiso.
Y así llevo toda la noche, la de hoy, y la de ayer y todas las demás. Pensando en lo que quizá pudo haber sido, y por desgracia, no fue.

13 de abril de 2012

¿Nunca has querido cambiar de vida?

¿Nunca lo has pensado? En cómo se siente el de al lado, cómo seria vivir aunque fuese solo un día su vida, ¿cómo te sentirías? Yo si lo he pensado, pero nunca llego a ninguna conclusión clara, ¿me gusta mi vida? Si, por qué no, una vida normal como otra cualquiera... creo. Pasa que nunca se si soy del todo feliz, porque siempre han sido mis amigos, y luego yo. A veces me parece injusto, cuando me doy cuenta de que a veces soy yo la única que pone los problemas de los demás antes que los de uno mismo, que hasta que no veo que alguien tiene una sonrisa en su cara, no paro. ¿Y si no lo consigo? Impotencia. ¿Qué extraño no? Enfadarte contigo misma por no poder ayudar a los demás, cuando ni siquiera eres capaz de saber lo que hacer contigo misma. Pero soy así, hago las cosas por los demás, me dejo la piel en sus problemas, incluso más que en los míos, tanto, que se acaban convirtiendo en mis problemas también, por lo que mi vida se acaba convirtiendo en un sin fin de problemas, que por supuesto no tienen nada que ver conmigo. Hago todo lo que puedo por ellos, y después me paro a pensar en si de verdad yo quería hacer eso, y mientras, aquí parece que tú a los demás les das absolutamente igual, razón por la que tantas veces me paro a pensar en como me irían las cosas si fuera de otra forma, ¿y si me volviera más egoísta? Es decir, ponerme a mi antes que a los demás, es lo que hacen la mayoría, y no parece irles muy mal ¿verdad? O simplemente si pasara de todo, ¿cómo seria mi vida? Pasa que nunca lo voy a poder descubrir, porque uno es como es y por mucho que lo intente, hay cosas que uno no puede cambiar, y la honestidad, suele ser una de ellas. 

9 de abril de 2012

Amanecer teniendola a mi lado, que no es poco.

¿Y ahora qué?¿Me enrollo aquí a decirte todo lo que sabes?¿Que ahora mismo lo mejor que tengo conmigo, eres tú?¿Para qué? Si lo sabes perfectamente, eso, y que lo de escribir conmigo va a ratos, y bueno, parece que ahora mismo no es uno de ellos... ¿pero eso es lo bueno no? Que aún sabiendo uno y cada uno de mis defectos sigues aquí, conmigo, a una hora de tu casa, o al final de mundo ¿no fue eso lo que dijimos? Eso y mil cosas más, y quizá no cumplamos ni la mitad de ellas, pero sabes qué, que me da lo mismo, porque ahora mismo con tenerte aquí conmigo las demás cosas me dan absolutamente lo mismo, porque contigo hasta la cosa mas ruin se vuelve interesante, como lo de perseguir gatos solo para ver hacia donde nos pueden llevar, o simplemente sentarnos en el sofá a jugar a cualquier gilipollez, o ver una película y tirarnos riendo lo que queda de noche sobre la más mínima estupidez, eso es lo que compensa todo lo pasado contigo, porque despertarme y saber que te tengo, 
es lo mejor de todo.

5 de abril de 2012

Pasos en falso.-


Una de las cosas más difíciles de las relaciones es saber exactamente que quiere el otro de ti o contigo.
Cuando alguien te trata mal te preguntas por qué. ¿Qué quiere de mí? O cuando alguien te trata muy bien ya desconfías ¿Qué quiere en realidad?
Nunca se puede estar seguro de que es lo que quiere el otro y esa incertidumbre genera una especie de angustia.
Y como esa duda nos genera angustia empezamos nosotros a dar respuestas y tratar de adivinar que quiere el otro en realidad.
Asumimos y presumimos, damos una respuesta rápida y avanzamos, tal vez nos equivocamos pero ya no tenemos la angustia de no saber que quieren de nosotros.
Angustia mucho no saber que quiere el otro de ti, te inquieta, te perturba. Por eso nos volvemos desconfiados, nos ponemos a la defensiva, asumimos siempre que las intenciones del otro no son buenas.
Nunca podemos saber que quiere el otro o por qué nos quiere, eso es un eterno misterio. ¿Por qué siempre caemos en la trampa de dar respuestas apresuradas?
El guapo siente que lo quieren solo por su belleza, el rico por su riqueza, el poderoso por su poder ¿Por qué pensamos tan mal del otro?
El otro, sus intenciones siempre son una amenaza para nosotros ¿Por qué?
Pero si dejáramos de adivinar y le diéramos la oportunidad al otro de demostrarnos que siente, que quiere y por qué nos quiere tal vez nos sorprenderíamos.
Si soportáramos esa angustia de no saber que quieren de nosotros tal vez algo nuevo podría llegar a nuestra vida.
Si pudiéramos dejarnos atravesar por el deseo del otro, dejar que quieran algo, que nos quieran, dejar que pretendan cosas de nosotros porque eso es existir.
El deseo del otro nos atemoriza, sentimos que quiere arrebatarnos algo muy preciado. ¿Pero no es eso en definitiva lo que anhelamos? Que nos quieran por lo que somos, por lo que tenemos, por eso que nos hace únicos.
¿Qué quiere el otro de mí? No sé, me quiere por las razones que sea, me quiere. ¿Tanto cuesta hacerse cargo de eso?
Tocar tu corazón. Tal vez eso es lo que quiere el otro cuando quiere algo de ti.