Come on!

11 de marzo de 2012

No siempre es verdad eso de que la felicidad no se busca, se encuentra. Porque cuando todo va mal, cuando es negro no hay ni blanco ni gris, cuando todo te da igual y solo quieres que la noche no se acabe nunca. Ahí nunca encuentras la felicidad, al revés. Encuentras más problemas, más tristezas. Por eso a veces, es bueno dejarse llevar por el corazón y seguir nuestros impulsos y a través de ellos intentamos buscar la felicidad en cosas insignificantes o no tanto si nos paramos a pensarlo. La buscamos en una buena tarde con esa persona tan especial que está siempre dispuesta a hacerte sonreír, con todo el grupo de amigas, recordando viejos tiempos pero solo los buenos claro está, viendo un viejo albún de fotos y muchas cosas más. Y así sin darnos cuenta, nos vamos adentrando en el mundo de la felicidad y nos olvidamos poco a poco de ese dichoso problema que nos estaba volviendo locos.

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